La detección y tratamiento del pie plano es fundamental para evitar complicaciones que pueden afectar la calidad de vida. En México, se estima que entre el 15% y 25% de la población padece esta condición, muchas veces sin saberlo. Esta alteración anatómica ocurre cuando el arco plantar se encuentra disminuido o ausente, lo que provoca que la planta del pie tenga mayor contacto con el suelo, que incluso es perceptible a simple vista en algunos menores de edad.
¿Cómo se realiza la detección y tratamiento del pie plano?
La detección y tratamiento del pie plano comienza con la observación de síntomas como dolor al caminar, fatiga en los pies, desgaste anormal del calzado o huellas completas al pisar superficies húmedas. Para confirmar el diagnóstico, es necesario acudir con un ortopedista o podólogo, quien evaluará el caso y mediante radiografías podría esclarecer cualquier sospecha de padecerlo. Por otro lado, el tratamiento puede incluir desde plantillas ortopédicas, calzado especializado y ejercicios de fortalecimiento o incluso cirugía en casos graves.
¿Qué riesgos existen si se omite la detección y tratamiento del pie plano?
Ignorar la detección y tratamiento del pie plano puede derivar en problemas de postura, dolor crónico, desalineación corporal, torceduras frecuentes y hasta deformidades óseas. Además, quienes padecen sobrepeso o realizan actividades físicas exigentes pueden experimentar un deterioro acelerado. Por ello, tratar esta condición desde sus primeras manifestaciones es clave para evitar secuelas a largo plazo.
¿Existen remedios caseros útiles para el pie plano?
En México es común recurrir a remedios caseros como caminar descalzo sobre pasto o arena, usar zapatos rígidos o realizar masajes con ungüentos. Aunque algunos métodos pueden brindar alivio, la detección y tratamiento del pie plano debe ser supervisada por un especialista para asegurar que no se agrave la condición.
